Friday, January 02, 2009

Segundo andar

No son habituales las bajadas rápidas pero salen sin previo aviso y me bajan como un piano a escribir pulsaciones y me entrevero con los otros colirios en esta lechuga que me mueve los espejos y da vueltas todo el centro de este canto vestido de ayudante de camareto. Prolijo de arranqué tenés que saber volar con la bandeja con un kir royal, una de raviols crepúsculo y una basbusa, mesa 94, segundo andar, terraza a la derecha, després ser attenti con el servicio, no quedar como un sorete ni un fantasma ni número uno en nada importante, saber tener detalles lácteos, escuchar las reflexiones del silencio cada noche y aprender a leer su sonrisa sin cara y sin clases de armenio, voy a tener que acostumbrarme a este hielo parisino que apreta un pezón en la claridad del sueño.

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