Cubo de cangrejos

A que se puede llegar en este cuadro de clarinete, con el escote abierto del silenciador su BMW de sus piernas de facilidad pasmosa, ahora justo ahora asoma el cerebro un gato de programa de la basura del verso, ambos apartamentos se desean comer esta misma tarde, quedan pocas ranas en la ensalada de envidia coliflor y alcaparras, hay pocos caballeros en el cubo de cangrejos, abundan mediocres sin estilo, se quitan los sombreros los engaños, los truchos ya son tomates, salen del laboratorio los antojos, no se ven mantecoles, no se ve nada nuevo; hay naves espaciales esperando los huevos, hay universos enteros desnudos entre las mesas, esta llena de palabras la barra, se ocupan los ojos de comerse un verso una poesía un síntoma de amor, talvez una prueba de amor, como hay una prueba para entrar a la universidad o para entrar en el Circle du soleil o en la escuela de la Xirgú o para entrar en Lufthansa; una prueba de amor y las otras maneras de expresar poca cosa. No tengo ganas de seguir esta nada, no hay una palabra que salga amada, quizás la costumbre, el aire a esgrima, el olor a vino y las arrugas que marcan la sopa. Los cuentos no se van a ir a esta altura del tema, parecen escucharte el aliento, conocen el aroma de tu piel.