Pasan los sombras como velos de leche el tiempo como un asesino serial así nos morimos nos volvemos a peinar a cepillar los ojos a inhalar la basura nos perdemos entre los gusanos de los ganzos del nuevo look que hacen la cola de préstamos de lentas secciones de mentiras, los huevos del aire silenciosamente devoran tu cuerpo todo se termina en una caja de madera se podrá decir de plástico de gonorrea de sida de amor de mala suerte desde el alma o la alarma del sorteo de la mosqueta sus viejos hijos de puta las ratas las dos caras de las cosas el apetito el sexo los dedos devorados los edificios enteros de miel boba de pescados fumando opio, pasa el cochino vestido de muselina de jerez de felicitaciones de juegos amorosos dentro del ataúd. Ha sido hasta el momento maravilloso ver salir tu cara cortada en rodajas los filetes de tus piernas en bolsas de cien gramos con nueces, la taza con tus pezones y las gotas, hasta hace poco pudimos con una podadora cortar esa cabeza quedan hilos de vinagre y de amantes secretos colgando casi invisibles todos se juntan dentro de un libro frente a tus ojos, la muerte elabora la cena liviana el amor de momento saca la pulpa con una cuchara queda toronja en un plato la cama como un trozo de banana pasa volando un talento de uno de los pescados se queda suspendido en el aire 2 minutos, tengo claro como muchos de ustedes que esto no se entiende. También no se entiende como el amor intenta silenciosamente sacarse los zapatos.
