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Sin saber nada acaso ni volando acaso debajo de los adoquines en el escozor de un aleteo de algo podrido, en jazmines en pétalos de sueños en giros de enigmas en ese acaso algo como observando con su cara de pensamiento la luna y sus uñas no te olvidan en silencio con la ciudad que tiende su interminable vibra como un secreto muy hermoso. Tiempo de colores de disfrutar de todo lo que existe de este minuto en el aire en este instante separados por ocho minutos ocho siglos ocho sonrisas, me abrazo al aire como una mosca miro donde esta como un pez volador miro por todas las ventanas se oye el silencio hablar con una sonrisa de actor, el vuelo KJC338633 esta embarcando, me voy, me tengo que ir, dejo cerezas en un bols en la heladera y un gran paquete de jazmines al costado de  tus zapatos entre las medias.

Comida francesa

La ví, con nubosidad variable con leves direcciones de extrema ternura entrar en mis ojos como la famosa sopa de mi padre, por ahora el tiempo me levanta a ver el mundo, toma clases de chino esta lleno de cosas zapatos libros abrazos interminables, así va el tiempo como una comedia romántica de Marte, el tiempo se va viene esta detrás de nosotros revive se saca fotos es una estrella de rock hace poses me pone cremas sonríe duerme habla solo desfila grita es suave como la espuma cree en todos los sueños, yo la ví entre palmitos gigantes entrar en mi sopa,  venia volando bailando observado tutto, se paró en la otra esquina en el cordón de la vereda de la calle que estaba llena de niños que la miraban, Martín saludaba a un rostro en un auto, desde un balcón tiraban de todo, Ely hablaba del tiempo con su paraguas, un perro detrás de una ventana saludaba cariñosamente a una moto, una hoja de albahaca se asomaba a mi lado, un salmón empezaba a correr por los platos, una flor de camalote estaba dibujada a lápiz como ella, la ví como la luna como una frutilla y yo no sabía que hacer y así me dormi me recosté pensando en ella pensando en comida francesa.

Pensativo encanto

El observar del tiempo sale con su destino con sus vestidos con sus fotos siempre con la luna contando recuerdos y cosas que llegan con lo que entra en el machucado corazón y eso que no se sabe nada del amor en su corta capacidad de lo inmenso de lo maravilloso que da vueltas como un hermoso pensativo encanto, la historia de una ternura a pocos minutos lo que el alma guarda entre sus ganas, la mirada de águila del tiempo el olor a palmitos de esa otra vida en este algo con la felicidad como una espuma, el sabor a jazmines de la tranquilidad apilando abrazos y mensajes, la mirada de un mundo mágico en el rostro de un pingüino la fabulosa cosa de encontrar su hombro en la imaginación desde siglos desde años y explorar su infinita dulzura y agradecer al tiempo este encuentro con la iluminación en este sentado silencio que me acompaña a estas horas de la noche y hay algo de encanto en su tristeza. La vida sigue no para,  aparece el ruido de los autos que pasan como grandes carcajadas y suenan en la esquina, salgo a agradecer todo lo vivido, la luna arriba de un techo me ve y sonríe como una profesora de piano, el barrio se quita los anteojos y entre montones de libros apaga todo.

 

Gentileza

El delicado cielo mueve el tiempo y sus caminos desde lo eterno hasta el abrazo donde se siente lo invisible donde lo nuevo de otra felicidad enseña su corazón con el brillo de sus ojos. Nos encontró el mundo en su arte sintió algo de nosotros en ese eclipse encantado de los sentidos en su plenitud, el arte de las emociones seguras de su dulzura. Vivir en paz, con el alma estirada y abiertas todas las ventanas del corazón, la deliciosa curiosidad del amor en cada caricia en cada mirada y la obra del tiempo por encima de todo entrando en el gran comedor de la ternura con todos sus encantos, esta lloviendo tengo ganas de pasear con usted por la luna, besar sus mejillas dejar que mi corazón corra como un niño, dejar que el tiempo sueñe con los caminos del destino, usted me parece encantadora, buenas noches y muchas gracias por su gentileza.

Fúlalal egebr birir

Aquel después cruzo entrando como un caballero medieval volando sin mirar hasta unos ojos que esperaban  la llegada de una lager bier

, los rasgos fueron devorados por el teatro que daba a un repollo a un brillo de salmón lleno de uvas blancas y esos rasgos permanecen en los ladrones en las masitas que caen y se derriten en su boca de Marte, cruzan el aire esos rasgos dejan atrás laberintos, todos los olvidos sonríen se acomodan la peluca la escena de todo esto sale siente que no puede respirar aparecen caras de yeso un gesto de un abrazo apoya su mano en su hombro, un cisne besa su cara de un fucsia anaranjado, una sensación del espejo se muerde los labios, ahí cruza volando aquel después, el instante aquel cuando no quedaba nada dentro de todas las cosas de la vida. Ahora hay otras hojas minutos cabellos abanicos y el dulce de una representación que aparece con su cara de niño, parece tan sencillo entrar y robar un ratito de amor, el tiempo gira los perros estiran los gemelos la luna entra en puntas de pie le pasa apenas un dedo a su boca de metal, abre los ojos la oscuridad, como un muerto delicioso el aire se besa a sí mismo, desde muy cerca la memoria continúa su libro infinito.

El edificio del sol

No tenemos idea de estar al tanto del tema, los pasos están repletos de tejidos, tejidos usados nuevos evaporizados agradables y podridos, el revés ahora va en otra, la página cambia según el globo, como un payaso mira el tiempo y sabe de lo que hablamos sin hablar nada, media neurona saluda, un deseo tiene cara de orto, estoy terminando su linea donde siguen apareciendo contextos que a mí no me importan en esta hora, en fin ustedes subiendo despegando como divertidos con muchos labios sobre el polvo blanco que sostiene las puntas de esta conversación. La ciudad baja por la luna empuja sin saber la razón de este extraño relato, me mira la ciudad con sus ojos huecos que acaso se quiere acostar a su lado, los perfumes elegantemente comprenden esa delicia de querer, la oscuridad se lava las manos con el jabón perfumado que mira los grandes ojos del oso de la distancia cruzando el living apagando las estrellas imaginando su atractivo olor a frutas, nadie sabe escribir este instante esta arma este mar esta cosa soñada desdibujada por un desorden de ese arte donde ya nada es sueño entre el olor de las sombras y la cara de mosca transgénica del desarrollo humano. En medio de este arenal cae la quietud no hace otra cosa que quedar en el abismo quedar en el congelamiento y mantiene intacto el supermillonario olvido observado por el edificio del sol que cada dia le toma la mano y camina con ella una cuadra.  

Buenas noches.

Que es todo este camino asombrado con repetir lo que imagina el todavía existir, toda esta esponja de la desconocida historia preparando la mesa sacudiendo los descaros verbales, la palabra que no sale del rostro y la felicidad mirando algo encantador un momento, la lucha de los fracasos recostados en objetos que viven del otro lado de la pared. Los ojos llegan dejan otras palabras no comprenden nada golpean su ventana como un mosquito, quiere invitar a un café con crema a esa historia, Ella Fitzgerald empieza a cantar A Foggy Day el tiempo da saltos en la ventana el mundo empieza a reír, por instantes se va todo,  no hay ni un ojo ni Premio Pulitzer, la ciudad anda soñando su poesía olvidada en el laberinto de donde había venido la pureza de la milenaria lectura de la borra de café, apresura el paso el final, su presencia espera gustar, con elegancia es un honor  dejar en el escritorio este tema, todos los invitados sentimientos aceptan este amor donde esta con todos los pavos reales que no fueron a Paris, el sueño esta servido, el aire parece dulce, se despide con un tierno beso  que apenas respira, el silencio con la cabeza agradece, buenas noches.

Gramática anglosajona.

La ronda de la vida vibra sigue en la carne logra esa literatura en el desorden de un tiempo, anda cerca en un libro en un espejo y en toda esa fantástica ingeniería de aquella dulzura, la generosa lentitud acompaña las cosas que vimos en la primera sonrisa, el reino de la delicia perderse entre los laberintos de la luna, ese otro humo del delirio que la suerte derrama con las sombras que me observan. Esta bien que todo siga su universo en su pasado dando vueltas en alguna cosa del sueño, el secreto dulce contigo, el recurrente uso de los dioses con  el inicio del estudio de la gramática anglosajona.

Las manos se mueven se estiran están llenas de sol, en el aire recorren riendo todo el deseo, la cabeza atraviesa el mundo piensa ver a ese ser de otro muro, lleva con cuidado algo de aquel amor, las estrellas quedan encantadas con las manos en un jarrón como queriendo decir algo con broncoespasmo, todo sigue en la maravillosa brevedad de esta declamación, baja pensando las escaleras todo el departamento, las paredes besan con locura el aire que agarra su cintura con los ojos.