Friday, October 21, 2011

Uri, tostadas y leche, mesa 14


















Observe el cielo un poco alegre un poco triste, ví dos estrellas que se alejaban y la cara y las rocas y el champagne y las ojeras de la hermosa delicia lo dice todo, preparaban tostadas y leche con terapia de pareja, el tiempo divino cantaba para vivirlo y estaba encantado con la belleza que estaba vestida de negro y con zapatos rojos paulistas me parece y en puntas de pie el amor fucsia escribía de alguna manera algo con esto y esperaba irisado con un montón de redondeles que no entendían nada, la noche boba en un raro idioma charlaba con el silencio que quedaba ahí sin alejarse y avanzaba con rapidez con la vida que es hermosa y era tremendo el paso de triunfo del silencio, su rostro estaba lleno de crema de naranja y de vitamina, las otras estrellas estaban deslumbrantes, el suave viento balanceaba Montevideo lo acosaba agradecido por la oportunidad de estar acá y escribía para ella y entre todas las cosas diferentes, las lágrimas y sonrisas en la cocina esperaban su tostada, los autos pasaban como enfermos por el dulce de zapallo y desaparecían entre los gajos del empedrado enamorado que esta muerto y esta vivo y no se da cuenta que flota.
La historia continúa en la suma del amor que me mira y en el corazón fuera de lugar y en lo que vendrá en la decoración del fondo del cielo con las sedosas manos del silencio y sus carencias en la cara tremenda y sus ojos de almíbar y sus luces divinas que cambian de color y con la tranquilidad la mente y el corazón encuentran la sensación del finisimo hilo de la luz divina y todo lo especial que no sabe que hacer con la mente y con la espera que atraviesa un antes y un después todo el aire como una gran felicidad.