Mamuskha

Hasta ahora yo no sé quién es que baja dentro de mí con la curiosidad que existe en su mirada que decae mucho al comenzar. Ese escritor sin escarapela ayudante de camarero entreala ambidiestro sin ojal sin ejemplar sin edición sin feria sin basura desconocido hasta el dia de la fecha.
Ese disparo de risas ese kiosco de la piel abierto hasta cruzando la arisca soledad que a veces avanza sus escarpines y te atá a cualquier distancia y tiempo. Suena el teatro sus dedos y mientras escribe no pasa la lectura de la escritura que aunque cambie el formato de las palabras que salen escarbando con lo que se escribe con esa lámida de la nada que esta ahí dura, empapada en puré de albaricoque redura hasta el otro lado y te espera siempre en busca de alguna expresión francesa. Fumá...fumá mi querido perro, esta bien escupir palabras pero a veces tengo al sensatión de que solo nos queda el humor, que tesoro tu risa sin frases para acabar este perfume diferente por eso te asalta toda la espalda otra vez la piel, te untá la bazofia, te trae la mamuskha y así me despido, adiós serenata otoñal en este plato de ensartados atentos engrasados besos de pésima literatura, adiós escritores silenciosos pifiados dedos verbales de lo que no sirve.