Bubosos urculus

Esta espléndid el nudo rose que se apoyá en su cintura de rubí, la piel suspira de placer durante la boleta de la boquita cerrada con suelta de palomas y erectas caderas que se desean en el interior de la boca de la cámara y sus deliciosas velocidades y bubosos urculus. Dame un centímentro de abrazo, dame la sartén, ensartemos el tiempo perdido disimulado apetitoso, tenemos que volver al mínimo; el éxtasis mueve los dedos en el aire como entrando en su bols lleno de perros y pescados volando en el interior y flotamos a lo largo del placer de la espera en su locura pronta para el último beso y al entrar el dormitorio me traga me penetra y observa cada detalle de mi ingreso al hotel que no hace otra cosa que estallar y la almohada en el viaje de tocarte me arrancá la cabeza que disfruta con la pared que te besa el pelo y que da vueltas con la nariz en el televisor que da vueltas y salta hacia la nada mas profunda. No hacé falta nada más para pedir del restaurant por hoy, hay bastante silencio, para mañana no hay reservas, ahora los sueños se han acostado, me abrazan con las piernas.