Tampoco título

Trastorno de la cara en el arrivé de este galgo como un jabón de tocador/talco palmolive de este lado del espejo que le encanta verte como una foto o una pizza o una banana; como un cuento transexual de los tiempos esnifados en la nalga de un sofa. La vainilla vuelve con las burbujas con las miradas y los besos de la nada que trae milenarias sonrisas en sillones en pastillas en frascos en hombros del velo de los labios de la misma nada besando la leche de todo el dormitorio deleitado con la boca abierta de otra cara que vuela mirando las fotos, el servicio de lunch y aguas barométricas en el círculo de la vida y la muerte y la cama flotando como una odalisca rara repugnante enloquecida con parar un taxi e irse a la mierda. La mente y las ideas sin embargo te asesinan, son terribles cucarachas consumidoras y testarudas y quieren encontrarle sentido a esto que no se que fondo tiene, yo no se! parece decir el silencio conservado en yeso de la cocina, oliendo paltas y chanchos, introduciéndo nuevos funcionarios al sistema de jamón, todo bien caqui, bien profesional. Yo no sé mon amour me dice una pared.
A todo esto no hay sorpresa de la especie, sigue todo de mentira, siguen las cosas que coinciden conmigo, las copas los posavasos las botellas los platos los azucarillos la compota el couland, todo sigue igual, mi dedo te toca la nariz, absolutamente todo igual a la hora de abrazarnos en silencio que al fin de cuentas es mágico, tampoco tiene título.