Automáticamente cuando levante el ojo derecho ya era de noche el barrio de mi cama, el otro travesti colgado de un piolín estaba duro como un pescado en un zapato y hablaba en armenio con la noche que esta poniéndo luces y que dentro de un rato viene por la almohada inundada corriendo a abrazarme las manos entre el paraguas de sus piernas y como esta el oricuelo? me pregunta el aire que se mete debajo de la colcha para refregarme sus acurrucados dedos muertos. Esta tirando de momento esperando la luz que asome su cara nueva conocida por la propia sombra sujetada en el pelo que se desmelena y deja la camisa blanca en el suelo, deja caras que no me miran y se va a colgarse en la percha de la ducha de la calle que disimula que no te ve, no sabe tu pin tu entrada en el interior de tu carne, tu casa tu sol tus dedos tu espalda estremecida abriendo las paredes de mi apartament, todo como un chicle entrando saludando con cara de nada chupándote un dedo, revoleándo un ojo.
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