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Estoy nuevo le dice el derecho a la parte superior del hueso de la nariz, el otro irritado espera la sexta ola para escapar en un cayuco de papel de hojas de "El País" dominical y llegar a este plato de otra conjuntivitis inundando al 08172 de Sant Cugat seis litros con medias caladas cada ocho horas por metro, restorante japonés con platos que se agotan al instante; no se reserva mesa. Pero antes de continuar este romance de la calle con mi ojo van esperando ansiosos todos ir mañana a otra urgencia con otros ojos que me habitan para ver a este,...ahora siguen los patos mariposas encantados haciéndo surfing en las sorprendidas faenas que esperan el paracaídas caer con mejor visibilidad en el espejo partido en dos para dejarte otro suplemento dominical en otro ojo certificado como primer suplente de tu sonrisa por si te vienen nuevas ganas de seguir leyendo y un millón de gracias por estar ahí que no sé nunca que barco es, que camalote, que colchón, que canelón es que flota en la mesa, que linea fluvial es la que va a tu piscina; es para saber por si muero donde voy a verte, solo para poder escucharte en el más allá cuando abran las uvas remojadas de la banda sonora del ojo alojado en el mundo bien cerca, bien lejos, al lado, a tres encantos, en rodajas de kiwi rosa, en esta pizza, en esta expresión de cocina italiana y usá el enchufe siempre y la noche lo conecta solo y mañana bikini y playa, no queda otra, anda a la cocina y pone las cosas que sean de la cocina, pone otra agua, otra vaca en la escalera, otra tercera mano, otra marca, otra extravagancia escribiéndo este buquebus de Colonia a Buenos Aires, así es bárbaro, poder encontrarnos en otro texto en calidad de decir esto o lo que otros se creen que pueden decir y me parece bien el asunto que cada ojo diga lo que merezca sin entrar en cuantas gotas tienen que ser ya que usted y yo pertenecemos a esta gran óptica preciosa mentira que es la sociedad redactada desde el punto de vista de esta especificada nuevamente avanzada conjuntivitis que desnuda quiere follarse al otro ojo que ya no ve a un metro de distancia. El internet este que tengo de frente parece lejos, bien lejos en este momente de ceguera, parece que se va borrando entre los pescadores de frases, mi cara todavía con niños se mueve eludiéndo entre sombras a la oscuridad llena de ojos que esperan su otro ojo.