Estructurado delirio

Supongo que ayuda un poco esa herramienta del calor interior de la medicina nuclear del deseo misterioso escondido en el alimento a veces estructurado para llenar el hueco un servicio solo en el delirio del sexo y sus cuentos de hadas y feliz navidad, sobretodo en la oscuridad de la nieve sola que te empapa de ganas con Papa Noel si es que viene con su madre y sus tias armenias/israelitas y nadie más y tratar de volar susurrando animosas sorpresas; ahora desnuda la cocina te prepara la leche la taza rusa te prepara la boca con sacarina te abre los ojos el vuelo de una caricia helada que te baja el pantalón y el placer apreta cualquier cosa que sale del espejo cruzando el pesebre en cámara rápida para caer en tu plato de frutas y tocarte la nariz y besarte un hombro sin comentar nada; no dice nada sobre el tema el placer que va dejando velas encendidas hasta en Montevideo; las caderas se enteran de la vibración hasta cierto punto donde una pierde la cabeza y los milagros de las piernas devoran cada inclinación de la cama y sus bocados integrales con el universo entero que anda en el baño. Toma té el arbolito desde el sofá, la tele desnuda pasa de verte en la primera que es la única que funciona, los cajones rojos redespiertos toman té también y preguntan como estás, como andán las voces que salen de tu piso que conversa a veces con alguien del aire invisible necesario como un alivio en el continente de tu sonrisa sin palabras llena de luz me preguntan, esta abierta todavía la estación para volar a pesar de la nieve y la niebla que salen con bolsas de las compras de esta mentira, me sirven café y se van.