Orsos

Algunos son objetos de la niebla, hablan solos con los cristales heridos de gravedad, matan al brazo de la cafetera por el cuello, le parten la columna vertebral a la puerta del microondas con un golpe de kung fú, entierran un helado equivocado, escupen extrañas palabras por una croqueta muerta achicharrada en la cama de uva con otras conchas; yo he visto salir humo por la cara de un maniquíe que no tiene mas cerebro y prepara en cada lunch las distintas guillotinas sin poder evitar su olor a frigorífico Cattivelli de la propia baranda de su pava entrando nuevamente a la basura hasta las tetas. Yo veo pasar el resto de pavos que no quieren ni pimienta ni sal ni ver al salmón ni al atún ni al couland, yo veo cada pedazo de tortilla pasar cada tarde con cara triste y desfilar rumbo al buffet genocida de palos de golf de lazos y de jabalinas con una cara de auxilio que deja una cagada en la puerta sentadita en una silla, yo sé bien que los aguacates no quieren más abuso ni las piñas mas sexo con nadie y desean que nunca mas su boca llena de microbios le toque un pelo y en cambio las croquetas siguen sin poder escapar de la playa de los hambrientos con sus vestidos de pan y leche; es verdad no hay justicia, la salsa romesco esta cansada de tanta escarola, el caviar no la puede escuchar, otras cosas se van y no vuelven más, el tiempo ya no viene más al bar con su mujer y el otro matrimonio, esta todo perfecto dice la nada y el último foie dijo que estaba como una cabra la lavadora y que no todo es como lo cuenta la risotada falsa de su voz de Kalhasnikofffff y sus drenajes cerebrales a disposición del parque de diversiones avinagrado de su cara de orso.