Friday, April 24, 2009

24 de abril: dia de la memoria

Salve Armenia. Día de la memoria del genocidio armenio por parte de los turcos, que no fue uno sólo, sino que ocurrió en la primera guerra desde 1914 a 1918 y luego volvió a seguir en 1922/23 y 24. Lo importante es recordar que los gobiernos turcos nunca se hicieron responsables, y si bien la segunda masacre fue producida por el ataque de la población turca (debido, seguramente, a la xenofobia producida por las paupérrimas condiciones de vida de la población ocasionadas, a su vez, por los gobiernos que aplastaban a su pueblo y que terminan explotando contra la raza diferente que habita el mismo territorio y, probablemente, más productiva económicamente) esto no los libera de la responsabilidad en la barbarie, que aún hoy continúa, por ejemplo, contra el pueblo Kurdo. Las poblaciones no son estáticas, se reproducen, nacen y mueren, pero conservan rasgos inherentes revividos por medio de sus instituciones, educativas, judiciales, políticas, sanitarias como analizó Bourdieu ( ves que sirve para algo Antonio, je) y si los turcos tienen esa tendencia a producir, repetir y reproducir holocaustos nunca puede ser casual.
Creo que los uruguayos tenemos bien en claro la enorme capacidad creativa, humana e intelectual del pueblo armenio y de lo que han hecho por nosotros como pueblo y, en particular, los que tenemos amigos armenios, sabemos que son "diferentes", diferentes porque el lugar que ocupan nunca es plausible de ser llenado por otros; diferentes por la alegría de vivir que practican sistemáticamente; diferentes por la pasión para amar, para jugar y para reírse la vida; diferentes por la conservación y prolongación del culto por la amistad; diferentes porque sus estructuras lógicas, intelectuales y afectivas los hacen, precisamente, distintos; diferentes, al fin, porque nunca diferencian al hombre por su genética, su color, su religión ni por su ideología.
Sí, los armenios son diferentes al resto de nosotros, gallegos, tanos, rusos, polacos, charruas, porque nos involucran a todos, sin separar a ninguno, en el complejo sistema biosociopoliticoeconomico en el cual ellos disfrutan de eso que se llama "la vida", algo que parece tan complicado para el resto de la humanidad y tan simple para los armenios.
Salud y memoria.
Pastel

7 comments:

Anonymous said...

Bueno bueno, qué fácil os resulta decir que amáis vuestra tierra y país etc, cuando no estáis en él sino que huís de él porque dáis tanto valor a lo material como aquéllos a los que criticáis e intentáis mirar por encima del hombro. Sois distintos pero sólo de intención y ni mucho menos mejores que los otros, sóis iguales a todos porque la amistad os interesa un carajo cuando no la necesitáis y os resulta importante cuando no tenéis donde caeros muertos y os sentís solos ... Un armenio que abandona su tierra es como un uruguayo que ama a la suya solo en la diversión pero que no ayuda en nada y abandona a los suyos por la puerta grande o chica y renuncia a ella ...

Anonymous said...

Comentario estupendo por lo enfermo terminal desde la primera fruta podrida hasta la última letra podrida, ese abril de 1915 los turcos asesinaron 1.500.000 armenios, ese es el tema y hoy no lo reconocen y usted no sabe lo que dice con tanta seguridad, por eso me gustaría hablar de esto en alguna oportunidad mas en serio no de esta forma desafortunada de su parte.

Anonymous said...

Armeñuk conoces a ese sorete?.

Anonymous said...

Armeñuk no les des bola a los idiotas, estos cagones que no dan la cara y escriben basura no se merecen nada, arriba Armeño ahora y siempre, ICE.

Anonymous said...

Armeñus querido quién es esta persona del primer comentario...
la conoces, no me gusta su comentario.

Daniel Guerrero said...

Benedict Anderson explica que las naciones son una construcción de los inicios de los Estados Absolutistas que vinieron a reemplazar el sentimiento de fatalidad generado por el desalojo del sentimiento religioso en favor de la razón. La muerte eterna y los paraisos eclesiásticos van desapareciendo para dejar paso a la razón cruda y pura. Lo que viene a ocasionar un sentimiento de desesperanza y angustia. Junto con eso van surgiendo las naciones y ellas sirven para darle continuidad a ese sentimiento de fatalidad, pero las naciones no existían antes del siglo XVII, son comunidades imaginadas e imaginarias que vienen a sustituir necesidades de la época (más o menos como el celibato de los curas que no exisría hasta los siglos XI o XII, la misma cosa).
Así que los uruguayos no amamos a nuestra tierra, amamos lo que vivimos en ella, y a los amigos que hicimos en ella y que aún hoy después de 40 años seguimos conservando. Así que señor anónimo del primer comentario, hagase un viajecito a Montevideo, disfrute, dejese llevar por la risa y abandoné la amargura.
Mi nombre es Daniel Guerreo Lorenzo Fernández Porta, 47 años, 106 kilos y un metro ocheta y tres de altura, para nada anónimo.

Daniel Guerrero said...

Benedict Anderson explica que las naciones son una construcción de los inicios de los Estados Absolutistas que vinieron a reemplazar el sentimiento de fatalidad generado por el desalojo del sentimiento religioso en favor de la razón. La muerte eterna y los paraisos eclesiásticos van desapareciendo para dejar paso a la razón cruda y pura. Lo que viene a ocasionar un sentimiento de desesperanza y angustia. Junto con eso van surgiendo las naciones y ellas sirven para darle continuidad a ese sentimiento de fatalidad, pero las naciones no existían antes del siglo XVII, son comunidades imaginadas e imaginarias que vienen a sustituir necesidades de la época (más o menos como el celibato de los curas que no exisría hasta los siglos XI o XII, la misma cosa).
Así que los uruguayos no amamos a nuestra tierra, amamos lo que vivimos en ella, y a los amigos que hicimos en ella y que aún hoy después de 40 años seguimos conservando. Así que señor anónimo del primer comentario, hagase un viajecito a Montevideo, disfrute, dejese llevar por la risa y abandoné la amargura.
Mi nombre es Daniel Guerreo Lorenzo Fernández Porta, 47 años, 106 kilos y un metro ocheta y tres de altura, para nada anónimo.