Báklhaba

Todo parece un groso robo de comedia de lo cómico y de lo serio pero te espero; parece como otro el tiempo, medio raro y dando vueltas con el aire raro de cerca y mas raro de lejos abrazado a la tela del silencio que se ríe y deja su beso dobladito escrito en la comedia equivocada y deliciosa de cada uno, te convierte en polvo de repente, en cielo encapotado, en una cucharada de nubes, te convierte en lunes.
Quedara el lector supongo en esto del no saber nada como sigue porque nadie lo sabe y es preciosa de todas formas y convidarnos con chocolate alguna tarde y ser lo que quiere el resto de la humanidad, yo de todas formas la quiero, los dioses lo saben, yó se lo firme en un papelito de una boleta de una pizzería hace un siglo y medio y aunque viva en marte no puedo ir porque no quiere, solamente si hay una carta del consulado de Marte que hable de la visa y me nombre; yo lo sé desde el primer instante que la ví y supe que era un báklabha de mi tio Armen. Seré al fin humo y silencio y hojas de báklabha en el mantel, seré lo que quise siempre ser, pájaros, hojas, duraznos y especialmente nubes de la Universidad de Amsterdam, seré al fin un delfin con corbata y móvil y camisas de Zara; seré cientos de periódicos que estiran los minutos matando el tiempo, seré Abdón Porte; voy a averiguar mirando el techo donde quedo en la memoria la última vez que fuimos humo para quedarme solo con el universo sentado masticando esa nieve, solo con dios, que supongo le gusta la nieve o la pasta dental o estar solo; porque el estado del tiempo de momento según el meteorólogo no permite otra cosa que no encienda este relato, nada más, humo, humo, y nada más que humo en las negruras de esta sábado invitado a guardar silencio.