Grogui

Bebiendo recuerdos saluda la luz de la tierra llena de rulos de azucarillos de leche que dejan los labradores celestiales cuando pasa el caballo de la manteca del 44 lleno de pajáros cú-cú empapadados que salen del cielo. En cambio la tarde como mi madre borda y mira el teleteatro palmolive del aire con un ojo y con otro me mira si tomó la malta pilsen con huevo batido y me recuerda que tengo clase de piano, me plancha la camisa celeste, me pregunta por Eva y antes de irse para la lluvia empapada en risas pone a Win Mertens y se va volando con Mirian hacia el muelle del puerto de Montevideo para verme llegar alguna mañana. En realidad todo es un simulacro del sueño que saca conclusiones y que generosamente se las queda y se acuesta a dormir sin poder pegar un vidrio, perfectamente grogui. La nit como lufthansa pasa su cola de manicomio y la razón es un tema aparte, no se encuentra la página ni la cara de esa hoja que había soñado resonadas veces y que ahora se presentan otros rulos de wimbledom en el sueño que esta de vivo, en principio no recuerdo nada y a veces lagunas de caras fumadas que pasan sin frases sin besos ni una dosis de deseo que en el sueño entrevera todo y nos cruzamos varias veces sin sacarnos los nudos que solos se desenredan y mandan un mensaje en el sueño que alivia al recibir otro un poco la locura de no devorarte el tema que para entender la movida hay que seguir divagando y por supuesto nada queda claro.