Sunday, October 12, 2008

Hacha y tiza

El fin de semana se pierde en la repisa de silencio de la muda tarde que no llama ni manda un breve mensaje ni una papafri-ta, ni una cucharada sopera de gallina blanca ni un tequiero en un solafasolaremi enviado en pan de pita número 6 por Raffi y descansar mi adorable silencio, parar la máquina y descansar de tan constipada señal que parece que se ha ido momentos que nadie sabe de donde salieron en el escaparate de esta colección de silencios 2008; se pierde la tarde con uno de los tantos banqueros que se olvida de un número, de una voz, no se escucha el volumen, cortá, hola hola, no se escucha nada, se va perdiendo la textura de la piel, no hay cobertura, no hay mas foie; el color se escapa con el viento que vive en estado de alerta y la temperatura de la ilusión se enfrasca con los alivios; no se ajusta el chisme, no vale y se deja en la estantería con las conservas y algún dios. Lo que se pudre se va en esa pérdida que prueban el gaz de silenciador del olvido como un pezón de novela cargando con todos los amantes de hacha y tiza que hacen cola en tus rascacielos, en tus fragmentos, te besan los ojos montones de ganas viajando en la memoria que es una sombra en forma de queso magro que se introduce sin permiso y se conecta con el silencio que mi pide otra pastilla.

1 comment:

Anonymous said...

podría ser un domingo por la tarde de los míos, amante abandonada por todos y por mis sueños.