La semanas locuras relojeras putas de las prisas,los automóviles telediarios helados peluqueros de atentados,
los viajes orticarios de la guerra, la muerte tostándose
los destrozados cuerpos, las barrigas del hambre
los discursos devorándose las epidemias y los sueños,
las alambradas comiéndose a los niños,
los churrascos esperando su oportunidad,
el olor a descomposición de los ombligos y las sesiones de masaje de los poderosos
a través del vidrio caliente de todas las enfermedades,
los deseos atrapados como moscardones en el cuidado de sus medicamentos,
sus depresiones, los desmayos, la fatiga, el remordimiento, la cola de paja, y lo que les espera en la cola del pan,
los montones de ojos que saben que es una basura, que lo van a reconocer por su fragancia de naftalinas y submarinos, no le queda otra, lo van a partir al medio.
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