Por si acaso, por si no venimos antes de las cinco, es por el problema de la huelga, le dijo una voz entre las persianas a la señora del 1173, que estaban resplandecientes las baldosas del salón de honor donde por la tarde habría un recital, sobre la vida y la muerte de una pareja, estaba húmeda la noche, que loco estaba el tiempo, y que divino el color de la playa, verde cotorra...
... que desastre los políticos, que atropello, que vergüenza el ser humano, por si hay un ser, donde está, que hace, de que juega, en fin, ese ser supremo, que levante las manos.
Una puerta se abrió, un taxi paso como una cucaracha, otras señoras de sus ventanas asomaron sus rostros y vinieron hacia la boutique para tomar el té y también para dejar ver sus sustancias. Se arrastraban sin protestar, sin agresividad. Por algo debe ser -dijo una- que se hacen los locos, o si no... ¿esos traumatismos no serán a causa del alcohol? -dijo otra- por algo el barrio está lleno de Mercedes y las chiquilinas desaparecen y aparecen en Milano y cuando aparece la noche los travesaños salen a cantar temas que cantan los del club de bochas como drogados , tienen toda la pinta de drogados.
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