Efecto hipnótico

La lluvia trae el olor de tus piernas a este descolgado piso de la tarde recién alunada la tarde recién naciendo muriendo y el piso que es un infierno quiere verte cerca del placer que cuando entra muy dentro la noche muestra sus pulpas a la ciudad. Alunada viene la tarde como dice la luz y que esta como dormida también porque no te ve en la siesta, no te ve en el hombro, ni en la nave espacial del sueño y como no es ni trolo ni gancho ni punto esta figura, me parece que es una mosca que a veces viene a leer conmigo y esta encantada con el olor a poxi-pol de tu ausencia me parece, de tus ojos arrancados de la pared que para ambos son un misterio. Ahora querido amor se abren todas las puertas cuando los pesados del servicio de alcahuetes de la soledad te dan carne en diferentes leches a la tela y te encajás tres canelones de "ayudin", te metés diame blu para el bocha y firmás un hadtriqui para la parcialidad del cemeterio de los filetes que han colapsado el retrete de tanta algarabía y se lo merecen como todas las personas comunes y corrientes. Por esta única vez operan los sueños entre los feriantes y los amantes destrozados y se acostumbran a adornar estos escritos que son damas con placeres en los aires que vienen a verte entre las camisas que te abrigan de los rayos de tormenta y con el efecto hipnótico del deseo avanzan los caballos entre los calcetines hacia el té rojo de ciruelas y anís.