TUL

Yá apolan en sus camastros los antojos de la abuela tranquilos en su tul. Las rajas se abren para dejar sitio a los meñiques y abrojos y talones de la misa en place de otra noche de ratones comiéndo los relatos, en algunos casos adentro del tema. Los suicidas ladran como bichitos de luz los gatos se hacen los divinos reparten entradas para ver a Batman y los parientes han llegado medio dormidos hacia el sendero de la mirada que de a poquito se deja llevar por sus novias que caminan por las paredes. Yá todo esta pintado de negro deteniendo un buen tiempo todo ese tiempo que ya quedo en veremos, en carne azul envuelta en papel de arroz y ahora miran otros inventores del cuento como ladrones de bancos donde vas, con quién estás, como vas a volar, quienes son los otros ladrones de mesas que abren tus piernas con sus antifaces.