Tuking

Dejó el tuking vengo rueding voy a Guadalupe a estudiar francés, los dos valles se visten de fiesta, un enano alto negro enloquece, la mujer rata escupe un dardo a un enano alto pelirouge, en la vereda la noche empieza a pensar, una especie de ruido se apaga cada noche, Betterett inunda un piso de cacaolat, una gazzista espera el fin que empieze a pensar en el salting en los 63.000 metros cúbicos de gaz, el tráfic de la mamuskha de la estación de piojos de la heladera, es un bombón un regreso por tí en otro lleno total de silencio de xelocatil, se agotan los efectos, la ciudad los teatros los cines, se acaban los encierros sin heridos, vienen miércoles de chubascos, de caráter debíl, te esperan los perros querida esgrimista en el tercio oriental, toda la vida en pocos días, la factura el tamaño de la risa la cara envuelta en piolín y plátano y vino y jazz, strangers in the nigth; salgo del balcón, venís con tu león de damascos, estás de espalda frente a la colorada foto, hablando de pomelo a pomelo de cocina a cocina querida heladera esto es para salir campeón del mundo, el príncipe y el león y un sillón con millares de pies para salir a dar una vuelta o media vuelta sin clientes adinerados ni telecoca, se celebran recuerdos por error, te tengo cerca esgrimista, eso es parte de nuestra fortuna, ojalá el contacto que pide dure para siempre, el magnetismo y el lilimento hacen el tuking preliminar de este cabeceo, todo es complicado pero termina bien, el cortito entra en la pera de la ferocidad como una mariposa.