Objetos íntimos

Tres años un año tres años dos años, després este diseño, la ventana propia, la cortina lila, el marco vainilla, el lugar donde escribó que es frente al televisor en el silencio mas grande del mundo y con el mayor humor del mundo, dejo vitaminas para cualquier dolorcito, miró las paredes y me ven y me reconocen, veo el gato bordado que me ve también y el cuarto las imágenes que me hacen llegar hasta este artificio bajo el último sol. A un lado el sofá y su espalda como una foto de una sirena blanca y celeste, debajo los peces dan vueltas, entrán en otras exposiciones charlan sonrién parecen ciclistas, dice un pez que me conocé mas que a cualquiera de mis novias, me ha elaborado la sombra, el mueble de los zapatos saluda atentamente, el sofá me trae alfajores, me achucha a él como un espacio propio a la curva de ella azul gris blanca, salen siluetas para el baño, hermosos dorsos acaramelados de barrio, pretendientes de retrato de fotonovela, roedores de sofá, respaldos nuevos atrasados, la nevera habla con la mesa y te mira en el sofá, desde el baño el espejo no atiende a nadie, espera verte bien, suena el teléfono; los peces igual no dicen nada y uno rié a carcajadas, un hombre invisible te abraza sigilosamente a quince mil kilómetros de tu almohada, nadie se da cuenta, el perro flota en la cama y se diluye la mesa de luz que tiene ganas de llorar o de matar a alguien, hay ternura debajo de la cocina entre las patatas, frente a tus rodillas suaves, fascinante mueble del espacio que se entretiene y transforma la energía de la casa en espejos sembrados.