Mente fría

Hoy vuelvo a escribirle sin saber nada de usted, sin palabras que vengan a refrescar el escrito, frente al mar del sol, nos abrasa la distancia que vuelve al agua, no espero nada, ninguna palabra, el silencio es de ida, la noche es de vuelta, el encanto del recuerdo toma una mano en el pareo, mente fría, dejo buenos sueños para usted, las escamas puras, se sumerge el tiempo en otra vista previa, hoy no le pido nada, estoy en el piso de usted, esta todo como oscuro, las pocas luces entran conmigo de la mano, saltan a la cama enormes abrazos y la ternura espléndida sin horas ni voz parece querer un masaje, silenciosa la casa parece una carta de amor; me invita a viajar a la alegría del ayer en el sofá frente al mar de dos peces, es bárbaro el regalo de la mente, la flor de la mesa piensa en usted, me pide la hora el tiempo y no tengo minutos no hay horas, el silencio es enorme y tiene tu voz, no hay nadie como tú dice esta tarde maravillosa, la sombra y el silencio mandan besotes para todos, se acomoda en la ventana otro verso, sube los ojos la distancia para verte en la caída del sol, en silencio la locura me convierte en tu agua, en tu paseo, a ratos piensó en el misterio que viene y en ese momento no hay nadie como usted, no hay, su olor, su cama, el clima de su espalda, su forma de arder.