Un poco de pavor

Se deslizan los ánimos tomados de las manos, esperan encontrarse entre los balines que se deslizan en ciertas miradas acomodadoras de cine. Se acomodan los orticarios penes restrettos de la escasa educación y se va el decapitador de sacarinas hacia el sol, el de la nata viene con la hermana y mira si hay nata, en primer lugar antes de mirarse en un cuadro que es un espejo del otro espejo que esta en esa nariz y ojos y dientes salidos del cine para esperar la nata o esperar su iniciación sexual, la modelo de orgasmos en el baño disimulando masticando un trozo de pollastre a la toronja y lo suficiente para dejar en la carpeta otros pechos ya masticando hongos que dan un poco de pavor y otros adornos. Ya cerró el cielo la luz de los novios con sus divinas madres, se terminó la visita al bar, vuelan los saludos que se esconden debajo de la falda del silencio su adiós opaco, el fax lleno de clavos de su mirada de reina, el urticario ensayo general de cada interminable transfiguración de sus piernas compañeras de animales soñados.