Tuesday, March 25, 2008

No creo en nada

En esta tarde mientras no se ven, algunas caras tienen el agrado de no verse un buen rato, vuelcan como nutrias y hienas todas las miradas que esperan platos, que vuelan con escafandras vendiendo el pastel de compota de miradas rotas que no tienen brazos debajo del sofá, que no creo en nada y al alpiste de los acostados que esperan mesa, esperan sillas, esperan comer un cuerpo separando el cabello hábilmente con un lazo o un palo de golf o un tambor o una brochetta,...cargalé otra brochetta!!!...por la llamada para el puto taxi para el aeropuerto, por que sí porque son guiris y no se enteran, por su madre que es de terror y su perro que no paga el agua del cenicero, porque están de vivas esas viejas pijas, se llevan los tenedores en las medias, se llevan los platos voladores, se llevan una bolsa de cabezas cortadas a rodajitas por la cafetera con sus risas que me escupen el rimel y se me inflá la pequeña vulva sobre el aire pestozo acondicionado a medias de la tarde que mata esta noche y te saludan como a un perro escapado de un pozo en la nuca, en otra nuca o tarde escapada de alguna cara o quizás algunas caras o nutrias y lentes sin nucas, largavistas, faros que esperan sillas y mesas que esperan nutrias y tardes y no se escucha nada, ni un pedo saltando los cordones, ni platos voladores, ni las cabezas cortadas sobrevolando la basura llena de brochettas, palos de golf y lazos.

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