Thursday, May 14, 2009

Un niño en las naranjas

En el aire acondicionado hay un niño que ve todo el emporio y sabe todo porque lo ve de arriboida, buen ojo, vuela el pibe, es un atracador de coulands, un fantasmita que vive entre las naranjas y a veces baja entre las cucharas a una mesa del vagón de zombis que sale cada noche para otra mentira a rapiñar y hablan de arte; de ética, de la crisis, de la familia perdida; esta grabado con detalles; su voz su mano su bañera llena de olores corporales de una vida seca y espolvoreada con veneno para las cucarachas; el tiempo su majestad elegantemente cree en este humo de esta bella nada y en las mesas y cuadros que son los que mejor viven, el petit sueña y ve todos los choques frontales de quesos, de babas, de palos de golf, de excusas recién inventadas y de motivos sin motivos,...la gran mentira de cada día de este planeta de risa que disfruta de otra mamadera que desde ahí la criaturita loca ve la mirada de rascacielo descuajeringado de una mujer rata que escupe un cuadro lleno de cosas que le gustan; un enano alto no le da bolilla, sacá la jugada y agacha la zabeca, doble clic de la vida a esta altura que no sabe pero tiene el tiempo y el amor y rié de la sala de su belleza desértica, extraña belleza recubierta de nylon y desde ese lugar tengo que agradecer a la luz, creo solo en la felicidad de la cafetera y del agua para lavar cubiertos, en el olor de los vinos caducados, en el delirio de cada croqueta aplastada, solo creo en la verdad de la lluvia y en que todo es mentira cuando habla, creo en los platos rotos, en las caras que no te pueden ver, solo creo en la locura del atún por la soja en el amor del cangrejo por la ubicación, en las botellas de cava y su desconsuelo; doy fe en la honradez de la basura, en la frescura del water en la vainilla en una cucharita en una mancha negra en la calle, en todo no te creo nada mi querida farsante mi querida licuadora mi querida placa recordatoria; solo creo en tu mentira vista por el niño hace ocho meses, te veo en la elegancia de tus cuchilladas, en los huevos de las mesas que esperan la verga de pan, en los muertos peces que abundan tu pantalón y no todo es una gran mentira, hay otras para disfrutar como el salto de tu cara hacia otra cara de otra farsa y es maravilloso tenerte en este lugar; ahora queda para disfrutar la belleza del humo, la motivación de una servilleta, queda el encanto regastado de lo oculto de la vaca que le sale humo por una pata y lo complicado después de tantos regalos y promesas que es el amor y su aritmética.

1 comment:

Marulanda said...

El humo es la vejez del fuego.