Sunday, May 10, 2009

Bolas chinas

Un cocido y procesado filamento tiene cinco croquetas entre los pacientes colmillos que fritan mentiras. Un cuadro necesita un páncreas, una cara una mesa de ping-pong, hay un niño entre la cantidad de croquetas en su monopatín rojo tipo chevrolet bajando por la Rue Brito del Pino, dos enanos altos extraños necesitan operar algo, una frutilla directa, un limón, otra mesa necesita un riñon, el anterior trasplante quedo mono, otro manipulador traspira, escupe sangre, ha nacido un nene de papi en Marraquech, un octavo salmón viene a ofrecernos cambiar de vida, tiene un camisón de piel de pene la tapa de un silencio llamativo, adiós, suerte, sin palabruc sense gas sin hablar ni llamar ni dejar otra mentira, sin palabras, medio empapado este texto sobre su encantadora cara de ángel, al margen de cada croqueta aplastada que cae sin pan gourmet sin corteza gallega ni pan de nuez ni payés ni en la bicicleta de Dios ni buscando ese rendimiento estratosférico en este descanso en el Sanchéz Pizjuán que trataremos de tapar agujeros, suerte; se viene segunda vuelta de rosca de un licor, muchos amagos de momento, bolas chinas, sensación azul, musculatura vaginal, vibración regulable, muestra de silicona y su correspondiente enano alto con su mango y la mujer rata con dos pilas AA y un balde con lubricante de base de agua.

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