Confusas acartonadas

Se va a duchar el mañana, no viene la noche, se apaga la luz de contenta, el limite de varias caricias te dejan todo el tiempo que quieras en tu pantalla interior que te observa del otro lado de la vida y la cama mirando la vida pasar, se va a Panama, viene de Rotterdam, se queda en Montevideo, vuelve con las famosas camisas, todas estan cansadas, las huellas dactilares tuyas estan esperandote en la colcha, solo empieza a veces a mover la cabeza el aire un poquito, repentinamente un ruido de un rincon festeja una manera sobrada en ese ruido y manda saludos, parpadean secas falsetes las instituciones matrimoniales, un taburete me pregunta como sos, de nuevo sale tu voz en mi rostro que sopla la boca ardiente, los flotadores de la casa abren nuevas conversas de servilletas que presentan marcianos favoritos con furibundos menudillos exquisitos desajustes mentales y otra calle 1173 de casualidad te ve al entrar, yo floto, me quedo escuchando a Vivaldi, estoy pintado con antioxido y me voy al espacio via Sao Paulo hacia Rubi para escucharte respirar ahora, ahora voy, no te preocupes, entrare un minuto y me vengo enseguida ahora que escucho tu voz en mi cabeza.