SORETES

Entre aprovechando el fresc y por sobretodo el olor a hummuss de su lechuga con hielo entre el jabón para los platos. Chispiaba desayunando el placer a su lado muerto al silencio también acostado embobado a su lado como una silueta desatada por su olor ahora a baklabhá entre sus piernas desatadas que alcanzan a acomodarte en el silencio meloso que se acomoda en su último amor en la estantería de la cabeza. Y de puta madre, yá llegarán solos otros cables desatados también en la abertura del placer que me toma el pelo, me empapa y ya llegarán los primeros amores y los últimos en ese postre del pasado y el futuro unidos por algunos canales que revientan en la boca en la punta de la cama que flota en este orgasmo de mermelada de caricias caducadas y que le llenan los labios de confusiones mentales al grupo de odaliscos fascinados de soretes.