1/2 carpaccio

Cuando era churrinche no usaba gafas ni siliconas no quería aparadores ni várices de repuesto no pensaba en patas de palo ni cables entre las venas, no observaba la zorra con patines venir por el monte de los cerdos prontos para los muertos de hambre morochos naranjos padres lacostes que estan como una seda entre la fina cola de grasa de la apariencia y sus aromas a acua de gio y viagra que esperan su medio carpaccio. Parece todo mentira, nadie se escapa del fiasco de la pantomina que aparece con el atardecer bordeaux y me pide tiempo, me pide un poco de crack, me pide una oreja con sus novios, me secuestra mi risa de porquería, me mata sexualmente y no sé qué transforma cada cosa en su saludo de corneta de duelo hacia su mirada que se escapa de mi vista cansada que es papel picado en su paso triunfal hacia el matadero de miradas perdidas en nociones confusas del tiempo que sube sube como una virgen salpicando un montón de máscaras ensangrentadas que te muerden como a una muñeca inflable.