Rulpping

La matin se rié cuando bajó a los hachazos de plástico con los estornudos de las paredes que te tiran chorritos de semen como si fueras un repartidor de sexo. Ella aprovecha todo, recicla todo, se hace caca de risa, cada gota que busca su muslo a la madonna santa y en algún momento ese espíritu santo te levanta las teclas y te empieza a chupar como un sorbete de mandarina en el sillín con rulemanes por la jaula de los muertos. Ahora sus dedos juegan con el menú de tu falda, me deja sola con el sexo a media cortina y con todos los fogosos abrazos que hacen fila esperando el instante cuando te tocan la boca y el ritmo del deseo siempre listo para las delicias que como bailarinas de la Metropolitan de San Petersburgo también bajan pero ahora con los abrazos tibios entre otros estornudos congelados que tiran pomelo Salus cuando bajo y se arrodillan para ofrecerte el yogurt de las gambas que asoma su nariz en esa delicia del placer, ahora dentro de su cuerpo de camioneros y shopping.