Josefina y Daniel

Montonazos de veces pasan en mis sueños, me dejan una pizza margarita,
otras veces una lasagña y otras pasan y me hacen una guiñada desde la barra cuando yo pasó,
roncando, haciéndome el vivo, pasan siempre con empanadas y con muchas luces
y siempre los veo, aunque ellos no me vean, me quedo entre los manteles
y me acuesto a dormir en el depósito arriba de la cocina entre las cajas de envases
y las latas de atún y cuando pasan los años esos recuerdos siempre vienen a llevarme
entre las sombras como un enamorado destruido y me siento en el tiempo en la mesa con ellos
y los platos me ven y no dicen nada, las copas ya saben que estoy en el Restaurant,
pero se hacen las artistas y de una forma o de otra brindó con ellos moviéndo las cortinas,
subiéndo la música para que mi ausencia sean, esas cosas que pasan como ruido,
silencios esplendorosos y palabras seguidas de miradas que los ven en una foto
en una noche de sueños y postales rodando por la hilera de dientes.