El comportamiento de las cosas

Recuerda la curiosidad la memorable primera vez, cruzando con un generoso sueño a besar su boca de plantas submarinas, el recuerdo cruza el comportamiento de las cosas el amanecer como un boniato como una papa disimula su carcajada y deja caer todas las alas y no necesita vestirse el recuerdo vuela en alguna cara extraña que besa como una novia un pedazo de otro mundo acostado en el aire, existe algo que no se olvida como una pastilla el loro necesita para su llanto y su risa, después tira al aire todo, los susurros de xelofán los lenguetazos de lo pátetico los pedidos baratos de la noche en sus ojos inyectados en el juego del actor, la genial rareza que enamora, el piojo que pasó a ser un florero y después un collar, camina el lento delirio de algo muerto y vivo entre la encantada distancia y sus cremas nutritivas y otros amantes de antiguos festivales, la carne arroja espuma el fin de semana, los huesos helados sin pensar andan llevados por una cara de cogñac, no me recuerdes dice un paquete de fideos, todas las caricias olvidadas inventan cosas de aquelle fragancia de su vientre, quisiera no escribir nada de ese corazón de navidad, a veces descubro la felicidad en un recuerdo que aparece como una vaca, creo que en su ropero hay abrazos durmiendo entre sus diferentes cabezas, en la cocina quedan caricias en los bollones de porotos en los cuadros viven lágrimas de otro mundo y dentro del espejo dos cuerpos desnudos posan en mitad del cielo.