Chopin

Como un terapeuta el silencio pasa su calma, toma el tiempo su pausa su montaje de otro planeta y mira como un pececito dentro de su cara de amor y de cosas que hacen un verdadero placer dejarlas en este transbordador de imágenes que charlan dormidas con mucha gente que espera su adaptación cinematográfica, su espacio mental su radio su novela su desequilibrio ordenado en otra dimensión que avanza como un memorable antídoto con una relación hermosa con la angustia y sus tramas ocultas, por suerte encontramos este momento en otros momentos de el ojo de la nada entrando en su respiración llena de tubos y globos que unen todo hasta su corazón donde vive la música mas dulce y un violinista entra a su arte y se encarga de Bach y todo consiste en recrear ese tiempo justo vivido y en eso sale la música mas pura de su piel que empieza a tocar la memoria una nota empapada en besos de sanatorio, en abrazos de Chopin en miradas de Beethoven en gestos de Schubert en estas anotaciones del recuerdo que piensan en la música de su extraña belleza de arte, esa música es el mundo, puede variar, no es tan fácil de tocar como parece, tiene toda la música del siglo XX, la vertiginosa dulzura de la duda en su enfoque, tiene como cinco compases para bailar, es un single para llorar, es una orquesta de ranas, tiene dedos que acarician su nariz y un footing lleno de caras de cera en un albún.