NIÑOS ASESINADOS

La tripulazzione esta en casa, se mete en la cama mi esqueletus, con el slip noir y el armani de lo que pasó durante el fiasco de una parte de la vida. Un pedazo que se mete en la camucha y no consigue dormir, esta la madre de Houellebecq que escribe a los 83 años un libro para ajustar cuentas con su hijo /53, esta Rajoy esta Zaplana esta Zapatero en primera página, pero me doy vuelta manzana y pera dentro de la almohada que se arregla la peluca y no consigó volar, escapar de la tierra yá, se despierta, ejerce su derecho a internet con Orange y dice que tendrás elefantes y entretenimiento en tu casa, en tu cama con los estrenos que salpican de sangre las camisas que te esperan desnuda y nadie me recomienda nada para dormir, para no dar tantas vueltas, tantas marcas, tantos acietes de girasol adulterados, detenidos en la cama, ingresando desgarrrados en la prisión de un grano de pus que no pega un ojo, y aparecen entre la oscuridad los cadáveres de Rudina y Hana, de seis y tres años y de sus hermanos Saleh y Musad, de cuatro años y 15 meses, asesinados por Israel mientras se encontraban desayunando con su madre en su casa de Beit hanun, en la Franja de Gaza y no puedo dormir, es terrible y empiezo a correr habitaciones, le gano a las serpientes y a las aceitunas la escalera de caracol y corró del moustruo y escapó del moustruo electricista austriaco Josef Fritzl de 73 años, "buena gente", "un tipo normal", "algo reservado" y de "buen porte" hasta que sin darme cuenta los perros me llevan ladrando hasta el leve cruxient del despertar adentro de un zulo y poder escribir esto para los gatos.