AMOR A LA CAMISETA

Viví no se dejaba gozar por ningún imperio con sus tetas nuevas en la catedral de sandwichs sino se ponía la camiseta de la Universidad Católica del Uruguay con el apelativ "COLO" en su espalda y en el retiro espiritual siempre dormía con ella, separó los muros de lana de los gustos y empezó a mojarse la alpargata con sus yemas, dejó preparado en su mente libre, su natural catering para el petit dejeáuner para la camiseta, para todos los televisores en el cenicero lleno de amores y restos de brazos y ombligos, empezó a pensar en su novio entrando en los diferentes platos con postres de Mamá, a reconstruir todos los datos del remitente, nombre completo, fecha de caducidad, nombre de smoking y escanearlo completo con sus datos ahora mismo y enviarlo a MILANO al día de la fecha. Ella sigue dentro de su camiseta porque es eternamente como estar dentro de su cuerpo que la cuida y le prepara café con leche cada tarde y que le habla y la relaja en sus labios amarillos espumosos de su sexo azul empapado entre los dientes y los minutos repasados con la punta de los dedos y el glamour que susurra y empieza a caer arrodillado para besar la camiseta y catarle el vientre.