
Se le vinieron como estampidas de chanchos reputos a la yugular y como enanos locos alborotados los pajeros mentales de la lechería, esa mezcla de agresivos intentos de una dosis y piojos cuando le robaron la propina por la cara un cara de payaso de otro tiempo sin estilo, nivel ni educación; en ese momento los cuadros que somos los compañeros de turno del vinagre vimos su cara de leche podrida y de su cara salián tiroteándo sus verdaderas miradas llenas de policia secreta, de perros policias y de piojos resucitados de la gran miseria de la mentira de su careta siempre con cara de ojete y nada de nada para aportar a la armonía, secuestrada por su vagina y atada que en este escrito entre todas las miradas que también asoman sus piojos entre las cascarudas risitas de cianuro del ladrón con caracagada de la leche del niño para dos semanas, para la merienda del niño, le ha robado la leche dos semanas para gozar de alguna retardada y asquerosa manera de reír de escupir pus en otra vuelta de su rabia en su calesita llena de bolsitas con sangre. Y de la tristeza de esta situación tan baja por estar rodeado de miserables con cara de vichos raros y de bicarbonato de manganesio con su pus amarillenta y caqui. Así es amigos, quedó suyerá el hecho de la puñalada o el tono de su voz traicionera de robo a cara descubierta de 50 euros en su propia cara caquí o en la espalda hecha de puding de manzana mientras da vueltas el puñal de la cucharita, le hace huecos en la camisa, da vueltas da vueltas la camisa y se derrite la lepra en su interior como la pus del cerebro de esa fosa sobre las glándulas.
No comments:
Post a Comment