Kuklinsky

Entre otras cosas ha perdido el sentido ese arcaico arte que parecía, no se habla el tema, un libro lee esa cara sobre el papel, el calefón tiene crema de almendras para tí, ese curioso papel de elegir, la manzana y la nube tóxica, el dramatismo de la figura, la tentación nacida del humo, la pureza de un niño corriendo a darte un abrazo de oso, la obra no cuadra no importa, solo el amor en el aire comprende un poquito y es genial y el espacio mira a un lado y a otro ese retrato en el aire donde pululan los fantasmas, un bache en la memoria recuerda sus alas de leche acaramelada, su cara de Kuklinsky, su risa de novia llena de higos, el tiempo llevará un tiempo como tres minutos y serán siglos o mañana en el mercadillo en la eternidad en una butaca en un sueño en una librería juntos dos segundos sin mirar juntos sin estar juntos sin vernos sin tocarnos en ese sueño que tiene algo de tí en una de sus capas de la delicada aparición de tu cara de salmón al champagne de conejo al chocolate de color vino, el aroma a campo que sale de tu piel, el sentimiento colgado en un cable del microondas, el aire de las gaviotas observando tu corazón, dios otra vez en los limones, el aire puro del viento tocando con un dedo tu hombro, las frutillas gozando en tu boca lentamente cada diente, el arco iris comiéndote toda la carne con cuchara, el granizo lamiéndote las piernas durante una hora, la distancia que sea durmiendo contigo, un niño se oculta detrás de un árbol, lo notable de tu encanto lejano acá haciéndo este escrito interviniéndo en esta instalación de este breve apunte, gracias a tí he vivido cada momento intensamente, gracias; estoy agradecido.