Cristales gigantes

Cristales gigantes, talco o calcio, algo que empieza a crearse en el ácido sulfúrico y los que aparecen corriendo volando en mi mente y todos los tipos de mitades de caras viviéndo en el ropero con la información en reposo que cuenta lo que la galería muestra en ese bodrio barato de los diferentes ataúdes elegantes y sus microorganismos que andan merodeando alrededor de una sonrisa de fina lana que sale por otro lado y no sabe donde esta de la A a la Z, para pasear llenar ese cristal y atravesar ese pánico quieto tratando de identificar el entorno y el miedo que se pierde y su cerebro no capta, no es lastimoso es ciencia ficción y atraviesa la manzana y no sabe para que lado queda nada, un micro accidente vascular, solo se ve la mitad de esa cara, cruza el directorio, el ascensor se ha enamorado de su silla, un universo perdido adora sus senos, la memoria escribe en la arena una palabra, el baño de su trabajo tiembla de emoción cuando ella entra, en un rincón de su cuarto las cosas no cambian, ella es una obra de Bach una locura una maravilla, es de otro mundo, unos calamares mueren cuando pasa con short, no se cuántos edificios se asoman al verla venir como las nubes, igual que las nubes, este silencio reconoce esa anatomía de Cuzco, a quién le importa todo esto pregunta una divertida ocurrencia, ningún cristal responde, ahora ella aparece tirando sus botas contra un pulpo en otro film, un labrador la ama en secreto, un caballo no deja de pensar en sus caricias, se acomoda junto a ella un hermoso sueño, el cuarto se ilumina me besa el olvido suelta una carcajada la mitad de una cara, la maquinara hipócrita del sistema esta vestida con harapos, sigue tomando vodka la parodia coqueteándo con ojos tristes, se le cae un ojo a una mitad, la lógica la fantasía y la ficción dejan irse lo sencillo, solo se ve la mitad de las caras, la única realidad es este instante y lo que el amor escribe como si ya estuviera muerto.