Arquitecturalizando el espacio que no hace nada

La tengo a una cuadra voy por el empedrado, caen gotitas, me encanta la belleza de la lluvia, voy como dije hasta la panadería, ladran tres perros a un fantasma, ahora dos menos quedan o van, como quieran las cuadras o las manzanas; voy sigo cruzo paso hasta la esquina del ex puntero de intermezzo, sigo ahora son tres, sigo digo voy hasta la esquina de la ex bodega Mera, agora cuatro hasta Rivera, cinco hasta la entrada del Zoo, seis hasta la verdulería, siete hasta los tres jazmines presos, ocho hasta lo del ovejero alemán y media cuadra mas hasta su entrada, resumiéndo ocho y media, casi un susurro y como seis doce veinticuatro escalones perfectos para la alfombra hasta el living, entró entró por debajo de la puerta como un sueño ahora mismo, la mesa me ve el arbolito me ve tambièn el papa noel sentado me guiña y levanta el pulgar derecho, la luz de la noche me ve y es increìble me hace también una guiñada, las paredes dejan de hablar, el espacio arquitectualizado me empuja, entró; no es nada camino uno dos tres pasos y la rozó con un dedo suavemente, el dedo planea sus bellos y la oscuridad raja su piel como en estado de gracia, siento que necesito la droga de su carne para vivir en este estado eternamente siento su olor, el ropero mira la hora, me voy a dormir siento que la toco que la respiro.