Paté de Juansis

Transformado en un paté, Juansis sale esquivando como una lagartija
los dientes del sol que como se sabe con exactitud
se sumergen y aparecen entre las piernas y las caras y entre algunos escritos
para explicar y a la vez revisar esta configuración, este descalabro, esta tostada,
este instante que te invito a planear como dos mosquitos enamorados
alguna tardecita por Montevideo y pensé que da lo mismo vivo o muerto, igual cada ocho años y algunos meses iría a verte desde cualquier ropero de los cementerios o del mercadillo para charlar, para mirarnos y para hablar de futból y si se termina la conexión porque explotó el mundo con sus tuberías que son de 1920, igual yo te estaría esperando junto con las otros mequetrefes y maso-terapeutas preparando tertulias hasta decirte como me he transformado en paté, como va mi vida, donde juego y dice mi mamá en este momento, dice que no se escucha bien mi voz, que se repite lo que digo como cuatro veces, séra el auricular de esta cabina, la sobrecarga de cada domingo, no sé, pero no importa, igual escucho su voz de Ramona Galarza y su risa de Nini Marshall y eso es lo mas importante para mí y para mi papá, pero también lo mas importante es que todas estas palabras te aman a vos que sos terrible y te llevan a la gloria, te acarician las medias y abren dos botella de cerveza.
Muchachos cojan la cena,
después de tanto trabajo, después de tantos Iboprofenos, de tantas combinaciones, Juansis empieza a caminar a respirar y a comer paté, a recojer los frutos,
tiene Gazpacho, pepinos y cereales, hay demasiada soledad en el Hotel Oriente, ella se fue, hay melón y en dos dias como un moustro bueno, seguro que se va a poner como un rifle, así dicen los profesionales de la siesta y dicen que se va a levantar y va a ir a buscarla atravesando lo que haga falta para llegar a sus hombros uruguayos como una llovizna acrílica y muchas otras cosas.