El aire sigue quieto mudo en su cuelgue con su rostro buscando algo brutal el aire no se olvida sus miradas en desorden y recorren cualquier distancia y la piel del viento siente placer volando como pocas veces al estirar la imagen del recuerdo y tocar el piano por pedido de la memoria. Aparece tu sonrisa el gusto de tu rato andando los minutos que sean, la curiosa versión del tiempo y sus alojados misterios, seguimos en la rendija en el desconcierto envueltos en la fantasmagoría foto de la muerte y su risible bombardeo, los ladrillos ya piensan de otra forma entienden la manera de la obra en mi memoria aparece ese laberinto del mapa el lento seguir en otro vuelo recordando aquel placer en otro descubrir. Queda esa fortuna ese tiempo esas dulzuras que no importaban nada y de esa enorme nada rescataban la luz mas sabrosa en una servilleta blanca. Entonces me dejo llevar en la alfombra roja hacia tu cama, me quedo mirando la tele a tu lado agradeciendo la cortesía de la imaginación picotear la enloquecida oscuridad.
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