Sin saber un ojo abre ve algo y se empieza a querer sin imaginar nada, mas adelante como dentro de un libro o dentro de un pene o pezón o entre todos los pinceles o labios en esa cara en el espejo distinta o igual a algo que es una fruta o un buen vino o una droga en el almanaque aparece la sustancia mas exquisita y ahí todo muere hasta en vida muere y termino el discurso...siguen vivos los muertos como pequeños anos durante ese desfile de gusanos tentados con la esporádica aventura, el agujero intacto de la oscuridad el espacio que despelleja lentamente y los murmullos del silencio con sus pasos de nadie ni de esa puta droga ni esa ternura ni de esa pintura ni de esa risa hecha pedazos ni una palabra de lo que se menciono en el tráfico aéreo de la miseria de la interna y sus respetos, las hamacas las puertas las ventanas de una calle saben y las usinas saben que sos de otro planeta y por eso te cruzan en brazos siempre y por eso te cuidan como a una amante totalmente en decadencia y usted también cuida de alguna manera al dinamitar toda esa tristeza que no desaparece y a veces sonríe y que pasa que baja sale del aire y desaparece siempre con la mirada casi dormida del piano, que además de ser puto es el dueño de todos los long play, platos y tazas de té.
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