Amarte, nada mas que eso.

La verdad me encanta tu cara de laberintos, el hipopótamo instalado entre nosotros; los diversos canales borroneados del cisne que parece de plástico entre las risas grandes del silencio y el ambiente perdido de las cosas al verte entrar y rozar desde el espejo tu belleza y aprovechar y besarte en el enorme ojo de lluvia de la soledad, me acomodo con la memoria como un sueño sentado mirando la tele a tu lado y en la mesa me mete tu piel en ella entro como una tibieza del amor y entro como un loco en esta pantalla que me observa como nublado este relato que piensa en tu alma en esta historia de un demente en tu figura luminosa una vez, en los diversos invitados y en los setenta y pico abrazos que están esperando descender en tus hombros brillantes, converso con el teclado las letras se sientan a charlar sobre vos algunas dialogan entre ellas otras se ríen de mi otras se encuentran entre ellas y se abrazan sin saber por qué, sigo dormido las horas me llevan en brazos no te veo me abro los ojos con una imagen tuya acomodo una pierna acomodo la respiración, ya no entra mas el aire sigo porque tengo ganas de seguir disfrutando de todo esto que forma parte de amarte, nada mas que eso.