Auge

Aquellos resortes no caen en sus colores que son de comienzos del siglo XVII, la casa no duerme gesticula cansada divertida convertida en alambres en papas y maquillada en otra nuez moscada en el confuso desorden y orden de todo en la equivocada o no elección de esa instalación eléctrica y en la agradable mudez del flechazo, admirar la cosa del encantamiento superficial y darnos cuenta de la enfermedad de transformar algo que no sabemos ni hasta donde llega su oculto coqueteo, ese juego de la atracción del auge de la mente con sus riquezas falsas, queda poca cosa los grandes monumentos fueron descuartizados por un pequeño detalle el valor de la mas grande fortuna se desintegro como una sombra sigue la danza del bello desencanto su poderosa cara sin gracia sigue la vida hasta la muerte que no existe todo sigue en ese amasar, en el desnudarse el vestirse en el fin exacto de la nada y todo y eternamente no verte más y verte siempre y morir y nada más.