Tras lo inexplicable es preciso escribir algo como la nada desfallecida y cierta con su mirada perdida hace años, tras lo absurdo queda la ternura mas dulce podrida ahora en una eternidad, queda el injerto de cada vida muerta harta con sus máscaras desmoronadas en los huesos y decir algo que es el fracaso es el éxito del fracaso su perdurable placer en jugar con la desalineada pus de su espectro deforme y muy lindo. La burla de la frescura el tongo de lo que parece el servir de la pena su marcada divinidad y lo que no se sabe de esa oscuridad del enfrasque de la tristeza y los ojos lentos aplastados por otro tiempo donde empezó lo que uno nunca sabrá, esa visión nunca vista del desorden la jarana de un abrazo que ahí quedo entre la basura como algo raro entre tanta belleza entre la conversación de la noche entre nosotros sin sentido y el ácido por encima de todo con las ratas mareadas tomando vino con el alejamiento del placer descuartizado y la sensación que a veces aparece de aquel trote de elefantes ahora en otro saludo fugaz de otro sentido en un momento donde la tentación revolotea un poco su carne en otro plato, la cosa esa de comer del poder de morder de dar vueltas desbaratando todo en el mágico delirio de devorar dulcemente una piel de distorsiones indescifrables y parece encontrar el tema en la ruptura en el piano que soy yo y mi sonrisa de delicioso enfermo que parece seguir sin tratar de comprender esta lectura no importa tu viaje ni importa catalogarla en nada que se inspira en ese sentimiento que es un placer muy cósmico terriblemente tierno a pesar de su cruda espectacular energía.
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