Coco

Inesperadamente todo se agota y todo sigue... seguimos en las sombras leyendo escuchando en la imbecilidad solos o caminando por la carcajada vestidos de novias o de murmurar o de lo que sea y que nunca mueren esos orgasmos en esas caras de la colección de nuestros fracasos y ellos siguen corriendo mostrando fotos de lugares en la bondad de la imagen y en las emociones de muchas cosas que nadie sabe de las tantas que salen de esa belleza y de soledad de la vibra mental de la incógnita, esa gota de leche en un arte, la dulce caricia de la cara de ternura del desprecio, todo ese manjar sabroso en los lentes de la psiquis, nada de insistir esa luz fue esa vez solo esa vez en la encantada bruma de la luz disfrazada de un amor de gran silencio, la prole habla maravillas lo que se recuerda recuerda y escribe algunos hilos de esa cremosa hermosura y ahora es alentador ver la ignorancia su detonante guillotina pasar caminando en busca de la distancia que es una cabeza como una pera adornando el living entre lo que hay y otros tiempos que perder, veo fotos dentro de una silicona y me aprovecho de todo conozco casi todo el menú la salsa de crema de su carne de pasas rubias y gengibre y ahora en otra salsa de soja con otro yogurt de simulación de algo en ese entrevero, escribo lo que sale de la alegría de lo idiota de lo hermoso de la primer noche de las breves palabras de las primeras miradas colgadas con su voz y desde el principio hubo deliciosas combinaciones en un montoncito de algo sabroso creo que algún genio invisible nos juntó y nos embarazó con los ganzos y el dejo su obra y por ese lado volaron miles de caricias se mataron sin salir del piano, hasta que solo quedo un tenedor con su suave aroma a coco.