LORD

Es un invento como un crocante deseo saber de su respirar, aprender de descensos acceder a su memoria a las esferas convertidas en hongos nucleares, en secretos que se estiran como grandes lanzas sobre las placas de una cabeza y el amor en un segundo con una ilusión lenta como del pasado en el momento de la lucha de todo el importante éxtasis de seguir en un mensaje como un Lord eliminado y este diálogo con la obra con sus tres puntos suspensivos de cada estado de coma que sigue con sonreír inquieto sigue en el sentir de desaparecer, la graciosa mirada del siglo pasado, el último oler del piano su goce como un aeropuerto un dedo del pasillo en su pelo rulos de madera tocando apenas su cintura y la puerta abriendo su pierna mirando a los ojos de aquellos dos caballos, el cemento tembló un poco una bicicleta colgada sin yo saber porqué sentí que la ama por su manera de mirarla, esos pasos acariciados por el pasillo como fuera de sí la caramelera de los sentidos mirando sin ver, la calle dada vuelta desconocida y el estar así con todas estas palabras voladas en la luna indebidas inclasificables conversando divinas solas con su breve recuerdo de su muerte, la sorprendente implacable dulzura su tiempo para mí contado con los dedos, la belleza del asunto del fracaso, lo que se produce de lo atractivo de la memoria los tiempos de nadie los ojos de toda la entusiasmada mediocridad y las alfombras que no duermen y escuchan lo que hay porque todo lo meten dentro de la imaginación y sus tantas formas de matar.