50 metros

Apreto solo por verte la almohada, suena la imparable noche canta encanta parece otro encefalograma la lluvia que llueve sobretodo cuando hay niebla, las fotos mentales que adornan cuando no llueve, es un bunker es un portal hacia sus ojos no se la palabra exacta sería como prudencia la palabra no la se, la cuestión que canta, la gente entra, yo me quedé tranquilo cuando asomo algo azul de un pasillo largo con paredones fascinantes frente a Chernobill que me observaba hacía rato y se sabe que cuando hay niebla hay mucha niebla y atraviesa todo, es una estación abandonada, se vuelve cosa de otro misterio de estar acá con la casa que es parte del nombre dentro de un color como la llave en la cerrajería de ese paisaje de remiendos, inmenso cartél arrancado fascinado redasfinado como un piano en todo el pasillo que es una sola casa entonces quedo un pasillo de 50 metros que parece como que supiera todo como de depósito de grande como este espacio que no tiene nada que ver con el pasillo y abrís... te mudas, entras a un patio que no estás en Montevideo estás en tres dimensiones sin querer usar ese palabra me encanta y no es el lienzo es el óleo.