DECKTONY

Algo Blas esta en la imágen subida desde el armario de los recuerdos, entre las golondrinas, vestidas de allioli y tostados con preferencia hasta el borde de la noche que vive de fiesta en la calle celeste de un tiempo de Albinoni, con bancos altos, con platos apilados hasta las nubes, con una vieja sonrisa de jugador de bochas y trescientos gatos, lejos del cilindro, subiendo a las galaxias claras que se toman un litro y cuarto de Ballantines, llevando tranquilo las toallas en la baticueva que se hace puff e inesperadamente abre un libro y se lo traga de una mirada y lo mete en su deck y escucha palabras raras que vienen de Roma, envueltas en cabezas de ranas a la provenzal y al toque de casa, sin inventar produciones de primera que se enrroscan en el bailongo chaucha de la bolsita de alguna noche que no sabe quién es y sus tenistas pasan, comen cuatro empanadas de jamón y queso, una de carne y la pascualina mas rica del mundo y el matambre y las puertas de madera abren sus piscinas climatizadas para él y se atienden los amigos que siempre estan en su jardinero escuchando la foto con la tarjeta en esa sala de espera de un segundo donde la velocidad mental se va a dormir y sube en su elefante que vino desde el Aeropuerto de Orly para escucharlo.